martes, 25 de abril de 2017

Actividad 3. Narración con libro.

Tras plantearse este trabajo en clase, me inundaron las dudas sobre cómo contar, cómo narrar o cómo leer un cuento a mis alumnos/as. ¿Se me daría bien? ¿Me pondría nerviosa? ¿Me acordaría de la historia? Mil dudas me surgieron, que poco a poco fui controlando y resolviendo a medida que elaboraba el trabajo.

El primer dilema surgió con qué estrategia elegir para mi trabajo. Ante las continuas dudas que teníamos las componentes del grupo, hicimos un sorteo y se me adjudicó la narración con libro.

Una parte de mí se quedó tranquila, ya que opino que tiene la mejor parte de cada una de las estrategias restantes: cuentas un cuento a tu alumnado, con tus palabras, sin tener que leerlo e interactuando con ellos; y a su vez, lo acompañas con imágenes y gestos para que ellos mismos puedan ir siguiendo la historia.

Cada estrategia tiene sus beneficios y sus inconvenientes, pero todas ellas son buenos métodos para contar un cuento a nuestro alumnado, introducirles en ese ambiente mágico de historias e imaginación.

El cuentacuentos potencia enormemente la imaginación, situándola como uno de sus objetivos principales, como bien aprendimos en clase. Contando una historia a nuestro alumnado, acompañándolo con gestos y entonación, creamos ese ambiente mágico introduciéndonos todos en el mundo de los cuentos. En mi opinión, es una estrategia de lo más complicada, ya que, como bien se explica en el bloque 3 de nuestra teoría, intervienen diversos aspectos, todos ellos importantes y a tener en cuenta.

Además de aprenderte la historia debes acompañarla, con los gestos, la mirada, la voz, la emoción, etc. y no todos los días es fácil elaborar tal interpretación.

Por otro lado, tenemos la narración con libro, contándoles un cuento a nuestro alumnado, esta vez apoyándonos en las imágenes del libro. Debemos aprendernos la historia, sí, otorgando complejidad a esta estrategia, pero tenemos el comodín de las imágenes, permitiéndonos el contar la historia según lo que nuestros alumnos/as van viendo en cada página.

Al igual que con la estrategia anterior, es muy importante acompañar nuestra narración con gestos y entonación, a la vez que hacer a todos/as partícipes mediante preguntas a lo largo de la historia.

Por último, encontramos la lectura, a través de la cual el maestro/a lee el cuento, enseñando a cada uno de sus alumnos/as las imágenes del libro. En esta estrategia también encontramos las preguntas hacia nuestro alumnado, siendo siempre partícipes de la aventura de los cuentos que escuchan, a la vez que el cuidado en la entonación, ritmo y pausas, que no se consiguen sin trabajo y práctica.

Un dato muy importante a tener en cuenta a la hora de realizar estas estrategias con nuestros alumnos/as es la relación que debe existir entre la edad del alumnado, el libro escogido y la estrategia a realizar; ya que se crea un triángulo que debemos respetar para realizar estas estrategias de manera correcta y en beneficio de los niños/as.

Tras conocer las tres estrategias estudiadas, y analizar más a fondo la que se me adjudicó por sorteo a realizar (narración por libro) me situé ante el segundo dilema, elegir un cuento adecuado para esta estrategia.

Releí la teoría en la que explica claramente en lo que consiste la narración con libro y destaqué características importantes como:
  •         Recrear la historia a través de las ilustraciones
  •         Transmitir la historia con tus palabras
  •         Interactuar con los niños/as continuamente

Indagué en los blogs de mis compañeros/as para coger ideas sobre posibles cuentos, y me decanté finalmente por uno, que ya conocía anteriormente y que cada día me gusta más.

“Adivina cuanto te quiero”

Buen título para un cuento que definitivamente se encuentra entre mis favoritos dentro del pequeñísimo (de momento) grupo de cuentos que conozco. Sea por el mensaje que extraigo de él, las sensaciones que me produce en relación con mi vida personal o sus increíbles ilustraciones llenas de delicadeza y colores que invitan a relajarte descubriendo lo que esconden.



Considero que es un buen cuento que narrar a los niños/as de educación infantil, y que, acompañándolo con sus imágenes, puede crear un clima muy bonito y mágico en la hora del cuento.

Creo que es adecuado para niños/as de 3-4 años, mostrándoles las imágenes de las liebres y exagerando los gestos haciéndoles partícipes. Con esta edad pueden entender muy bien el argumento, ya que se pueden ver identificados con la pequeña liebre color avellana, deseosa de decirle cuánto le quiere a la gran liebre color avellana.

A su vez, pueden relacionar el cuento con sus experiencias vitales, sus buenas noches, los cuentos que les leen sus padres/madres, o las sensaciones que tienen al expresar los sentimientos; ya que comienzan a hacerlo cada vez más mediante las palabras.


ENSAYO

Tras decidir qué edad es la adecuada para este cuento, comencé a practicarlo en casa. Lo leí y releí muchas veces, apuntándome posibles preguntas que realizar a los niños/as durante la narración.

Me costó enormemente saber cuándo introducir dichas preguntas, ya que no sabía si distraerían demasiado o serían enriquecedoras. A su vez, fui practicando la entonación y los gestos, imitando cada acción que hace la pequeña liebre color de avellana a lo largo del cuento.

Algunas de las preguntas o intervenciones que haría durante la narración serían:
  • ¿Dónde tenemos nosotros las orejas?
  • ¿Cómo abría los brazos la pequeña liebre color avellana? ¿Y la grande? (invitándoles a gesticular conmigo abriendo los brazos y luego estirándolos más todavía)
  • ¿Cómo se estiraba la pequeña liebre color de avellana? ¿Y la grande? (Repitiendo la invitación a gesticular) ¿Quién llegará más alto, la gran liebre o la pequeña?
  • ¿Alguien sabe dónde está la luna? ¿Está cerca o muy lejos?

A su vez, en el momento en el que la pequeña liebre salta numerosas veces, exclamaría “¡boing! ¡boing! ¡boing!” Utilizando dicha onomatopeya para reforzar su atención e interés.



Practicando, veía que me costaba mucho el cambiar la voz de liebre pequeña a liebre grande, por lo que me centré en los gestos y la entonación a lo largo de la historia, sin complicarme con las voces, haciéndolo de manera sutil, ya que podrían ser el causante de la confusión durante mi narración. A su vez, reduje el número de veces que decía “pequeña/grande liebre color avellana” ya que me resultaba repetitivo.

De tanto leerlo y practicarlo, finalmente aprendí el argumento, pudiendo relatarlo con mis palabras acompañando a las imágenes. Sin embargo, temía que los nervios me jugarán una mala pasada a la hora de concentrarme en narrar, gesticular, entonar, preguntar… ¡Muchas cosas!

Practiqué con mis padres, pidiéndoles que participasen como si fuesen niños/a de 3-4 años, les hice las preguntas durante la narración, así como otras que se me ocurrieron para el momento final.

Mi idea inicial es contarlo de manera que todos los alumnos/as participen alargando los brazos como la liebre, estirándose, buscando la luna etc. y que finalmente contasen a todos los demás sus reflexiones sobre el libro, terminando el momento del cuento saltando todos juntos como lo hacen las liebres.

Para ese momento final de reflexión les plantearía preguntas como:
  •  ¿Os ha gustado el cuento? ¿Qué pensáis?
  •  ¿Vosotros/as sois muy charlatanes antes de ir a dormir?
  •  ¿Quién abriría más los brazos la pequeña liebre color avellana, o la grande? ¿Pasa algo?
  • ¿Qué creéis que quería la pequeña liebre color avellana? ¿Cómo lo habríais dicho vosotros/as?
  • ¿Os gusta decir vuestros sentimientos a los demás?


Dando por finalizado el momento del cuento les preguntaría ¿Cómo saltan las liebres? Y les invitaría a saltar todos juntos, cambiando hacia otra actividad, taller o momento en el aula.

A su vez, antes de comenzar mi narración, invitaría a los niños/as a “llamar” al cuento conmigo, golpeando el libro y abriéndolo con cara de sorpresa diciendo “Ábrete cuento…a ver lo que tienes ¡DENTRO!” (Todo ello pidiendo la ayuda de los niños, ya que solo con sus peticiones podemos despertar a los cuentos)

Para finalizarlo, aprovecharía una fórmula muy conocida por todos/as, invitando a los niños a lanzar los cohetes conmigo: “Colorín colorado, este cuento se ha acabado, y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete” (En este momento representaría con golpes, palmas y silbidos cómo sale y explota el cohete) “¡Y ahora uno estropeado!”  (repetiría los movimientos, pero de manera más suave, reduciendo el ruido, como si el cohete apenas sonase).

Por último, en el caso de que haya dificultad para que todos/as viesen las ilustraciones, existe la posibilidad del cuento en versión digital, siendo proyectado en el aula.


PRÁCTICA

Después de tanta preparación, llegó el momento de contárselo a mis compañeras, iniciando la experiencia en un grupo de tres personas con Ana Calzado y Cristina Martín-Montalvo.

Descubrí que estaba menos nerviosa de lo que me esperaba, aunque era consciente de las diferencias existentes entre contar un cuento a niños de 3-4 años, que hacerlo a adultos.

Sin ir más lejos comencé mi narración, y tras escuchar el feedback de mis compañeras, me quedé muy satisfecha, ya que consideraron que había hecho un buen trabajo.
  • Ambas coincidieron en que el cuento escogido concordaba con la edad que había determinado; así como la entonación y los gestos, invitando a participar y captando toda atención posible.
  • Apuntaron que, a la hora de hacerlo con niños/as debía ir más despacio, pero que la manera de contarlo, gesticulando y entonando las expresiones le había gustado mucho.
  • A su vez, me dijeron que tanto el empiece como el cierre del momento del cuento les había parecido muy bien y muy adecuado, divertido para los niños, sorprendiéndoles llamando al cuento y tirando cohetes.
  • Por último, las preguntas, tanto durante la narración como al final, las consideraron adecuadas y correctas.

Tras esta primera experiencia, me dispuse a contar mi cuento a Ana García y María Montojo. Mis sensaciones eran más calmadas y me permití el disfrutar, contando el cuento como si estuviese sola, delante de mis alumnos/as.

Ambas acabaron muy contentas con mi narración, diciéndome que era muy buena la entrada y la salida del momento del cuento.

Añadieron que, gestos, entonación y preguntas eran adecuados y se me había visto tranquila y pausada a la hora de narrarlo (situación que mejore gracias al primer feedback).

Por último, tuve mi tercera narración con Beatriz Galilea e Irene Polo. Ya sea por las prácticas previas o la falta de tiempo para ponerse nerviosa, descubrí que ya no suponía ningún problema o dificultad el narrar un cuento a adultos.

Ambas coincidieron con mis otras compañeras en que tanto los gestos como las preguntas y la entonación eran adecuadas, y que les había gustado especialmente la manera de narrarlo y exagerar los gestos. A su vez, destacaron el empiece y cierre, con la llamada al cuento y los cohetes.

Por último, me animaron a contarlo más alto, ya que había sido más difícil escucharme por el ruido del salón de actos; pero apuntaron que, en una clase, esta situación sería más fácil, aunque seguiría necesitando más volumen.


AUTOEVALUACIÓN

Entre práctica y práctica, Irune me comentó que el cuento que había escogido es perfecto para leerlo en un aula, por lo que había seleccionado una estrategia menos adecuada. Sin embargo, mis compañeras me decían en su feedback que preferían la narración con libro, ya que gesticulando y viendo las imágenes, hacía el cuento más divertido y atractivo.

Me encuentro posicionada a favor de ambos comentarios. Considero que el argumento, la función poética y el cuento en sí contiene una belleza propia de ser leída, siendo fiel a cada palabra y focalizando el interés en escuchar la historia. Por otro lado, creo que las imágenes contienen una belleza que merece ser enseñada con interés, así como unos gestos y situaciones que pueden ser aprovechados para atraer todavía más a los niños/as, utilizando la narración con libro.

En un futuro me gustaría poder elegir bien los cuentos que leer/contar a mis alumnos/as, adaptando cada estrategia a su edad y al libro, y creando un ambiente mágico como es la literatura, no para enseñar, sino como un fin en sí misma, como hemos aprendido en clase. 

Gracias al feedback de mis compañeras he podido darme cuenta de que los nervios pueden hacer que me acelere a la hora de narrarlo o que se me apague la voz, por lo que debo ir tranquila a contar cuentos a mis alumnos/as en un futuro, ya que el tiempo y el tono son dos características de gran importancia dentro de la narración.

Por otro lado, me siento orgullosa de haber controlado la entonación y los gestos, ya que daban mucha fuerza a la narración, y al escuchar el feedback de mis compañeras he podido ver que han disfrutado con ello.



CONCLUSIÓN

Termino este trabajo y experiencia con buenas sensaciones, viendo que he sido capaz de hacer algo que previamente veía imposible. Me veía incapaz de perder la vergüenza, hablar en público, gesticular, entonar, CONTAR un cuento; lo consideraba de tal complejidad que me había creado barreras a mí misma.

Tras esta práctica y la experiencia contándolo a mis compañeras, he podido ver que no todo es tan difícil, siempre y cuando tenga un trabajo previo. También he podido aprender que contar un cuento no es algo sencillo, sino que requiere muchos factores que deben ser practicados para sacarle el mayor partido a cada experiencia.

Creo que tanto la narración con libro, como el cuentacuentos o la lectura, son estrategias cruciales y de gran importancia en Educación Infantil; ya que, como hemos ido trabajando a lo largo del cuatrimestre, constituyen un momento mágico, imaginativo y de pleno disfrute para nuestro alumnado.

Practicando, trabajando, formándose y siempre indagando y conociendo nuevos libros y diferentes historias, podemos presentar a nuestros alumnos/as diferentes sensaciones, reflexiones y experiencias con las que disfrutar y crecer desarrollando su imaginación y su mundo interior.


Todo ese trabajo y práctica permitirá que los niños/as, protagonistas de todo aquello que envuelve nuestra vocación, disfruten los cuentos, dejando volar su imaginación “de aquí a la luna.... y vuelta” 



BIBLIOGRAFÍA

Escudero, Á. (2012). Las etapas del desarrollo madurativo. Formación Activa En Pediatría de Atención Primaria, 2, 65–72. Retrieved from http://archivos.fapap.es/files/639-779-RUTA/02 FAPap_2_2012.pdf

Labajo, I. (2017) Teoría de Literatura Infantil. Bloque 3: La hora del cuento.

McBratney, S. Adivina cuánto te quiero.





miércoles, 19 de abril de 2017

Análisis de textos folclóricos.

El folclore hace referencia a los diferentes aspectos de la cultura popular, siendo textos llenos de cualidades de los pueblos.

Para entender mejor este análisis, me gustaría destacar sus tres características principales:
  1. Anonimato: textos formados por múltiples autores, narrado y modificado a lo largo de los años.
  2. Oralidad: textos CONTADOS y no leídos, recuperando la esencia del pueblo, contándose historias y transmitiendo dichos textos de generación en generación.
  3. Multiplicidad de variantes: siendo textos orales con múltiples autores, encontramos también múltiples variables y diferentes versiones, todas ellas válidas, dentro de cada cultura que lo acoja.

Desde pequeños estamos rodeados de textos folclóricos, aun sin darnos cuenta. Con las nanas, los juegos de palmas o de patio, transmitimos oralmente canciones, textos e historias, contándolas los unos a los otros.

El folclore contiene las características de los pueblos a lo largo de la historia, siendo de gran interés cultural. Por ello considero importante no abandonarlo, y seguir cultivándolo en las escuelas, contándole a nuestro alumnado, diferentes historias o textos, de manera oral, permitiéndoles a ellos mismos sus propias reflexiones y sensaciones.

Manteniendo vivo el folclore, permitimos que dicha transmisión oral se perpetúe, potenciando la imaginación, la emoción, la capacidad lingüística de cada uno y las reflexiones finales no dirigidas. A su vez, una de las características esenciales aprendidas en este bloque de textos folclóricos es la capacidad del niño de hacer sus propias reflexiones y extraer sus propias enseñanzas sin necesidad de que un adulto se las imponga.

Es de gran importancia el permitir al niño experimentar por sí solo, siendo autónomo y libre, con todas las enseñanzas que pueda adquirir de un texto concreto. El maestro, debe dejar abierta esta posibilidad, sin dirigir las enseñanzas ni explicar las moralejas, ya que la capacidad de un niño, su imaginación y su pensamiento, irán siempre más allá de lo que nosotros le digamos.

Para este trabajo he seleccionado tres textos de los Hermanos Grimm, ya que desde mi infancia han sido autores muy influyentes y sobre los que quería conocer más.


 Comenzamos el análisis.


“EL LOBO Y LAS SIETE CABRITILLAS”

Este texto fue el primero que vino a mi mente, recordando cuando me lo contaban de pequeña, tanto en casa como en clase. Me gustaría analizarlo más a fondo, entendiendo, esta vez desde el papel de futura maestra, todas sus características y detalles.

A continuación, adjunto el enlace con el texto completo, tratando de facilitar el entendimiento de este análisis:

http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_lobo_y_las_siete_cabritillas

Inicialmente, contaría este texto en aulas de 3-4 años. Mi elección se encuentra muy relacionada con la asignatura de Valoración Motriz, en la cual aprendimos que los niños/as de estas edades, mediante el juego simbólico, entienden su entorno y tratan de integrarse en él.

Uno de los juegos por excelencia en estas edades es huir del lobo, representando el miedo a ser atrapado, comido; o incluso el cambio de roles siendo en ocasiones la “presa” y en otras el lobo. A su vez, van integrando las relaciones sociales en su vida, interiorizando el conflicto y la ausencia de la madre (cuando va a por comida y pasan miedo), así como la presencia (terminando todos juntos felices, superando el conflicto).

Considero que es un texto breve y fácil de entender para los niños/as de esta edad, teniendo un vocabulario apropiado; exceptuando algunas palabras que se escapan de la comprensión de un niño/a de esta edad. Dichas palabras no limitan la comprensión del texto, ya que el argumento general sigue entendiéndose, pero a la hora de contarlo con nuestras palabras, podríamos sustituirlas por otras más generales o cotidianas. Algunas de las palabras que modificaría al contar este cuento a mis alumnos/as serían: “tropelía”, “rufián”, “ahíto”, “regocijo” y “jofaina” entre otras.

A su vez, considero que los verbos en castellano antiguo pueden sustituirse por sus mismos verbos en la actualidad, de manera que sean palabras reconocibles para los niños/as. Por ejemplo, al contarlo cambiaría: “despidióse” por “se despidió”, “fuése” por “se fue”, “díjole” por “le dijo”, etc. ya que son las palabras que naturalmente se me ocurrirían decir, evitando forzar el lenguaje.


En lo que a la estructura y el argumento respecta, considero que es claro y entretenido para los niños, sin tener que ser modificado en ningún punto.

Por otro lado, me surgen dudas con el final del texto, abriendo al lobo, metiéndole las piedras y ahogándose en el río. No cambiaría el final, ya que considero que es interesante presentar diversas situaciones a los niños/as, y la muerte debe ser una de ellas; sin embargo, eliminaría el “miserablemente” definiendo cómo se ahoga el lobo; así como los gritos de júbilo de las cabritillas (por la muerte del lobo), sustituyéndolas por gritos de júbilo por estar todas sanas y salvas y otra vez reunidas.

Por último, tras contarles el cuento dejaría diversas preguntas en el aire, para que sean ellos los que reflexionen y muestren sus propias conclusiones extraídas de la historia.

Empezaría preguntándoles si les ha gustado el cuento, y el por qué. A continuación, podríamos preguntar:
  • ¿Cómo os parece que actúan las cabritillas?
  • ¿Qué habríais hecho vosotros/as en una situación similar?
  • ¿Qué pensáis del propósito del lobo?
  • ¿Cómo actuáis cuando sentís miedo?
  • ¿Os gusta jugar al lobo con los amigos o la familia?

Finalizando el análisis de este texto, me gustaría añadir que los niños/as aprenden con cada experiencia vivida, siendo el cuentacuentos una situación muy dinámica y solicitada por la gran mayoría. A su vez, con este texto, escuchando las acciones del lobo, podrán extrapolarlo al juego simbólico, relacionándolo con su propia experiencia al ser perseguidos por “el lobo” y entendiendo las sensaciones o situaciones que viven las cabritillas en el texto.

 


RAPUNZEL

Recuerdo jugar a ser Rapunzel, sin querer que nada ni nadie me cortase el pelo, feliz e ignorante de la vida que lleva una niña encerrada en su torre. Por ello, y por las ganas de conocer mejor la historia que tantas veces he imaginado a mi manera, elegí este texto para su análisis.

A continuación, adjunto el enlace en el que se puede leer el texto completo para una mejor comprensión:

http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/verdezuela_rapunzel

Comenzando el análisis, creo que es un cuento apropiado para niños/as de 4-5 años, estando en el inicio de la etapa de relación triangular. A esta edad los niños comienzan a entender su entorno y a las personas que les rodean mediante el juego simbólico y la fantasía. Con este texto pueden imaginar y desarrollar ese juego simbólico, tratando de entender las situaciones que viven.

A su vez, los niños/as en esta etapa empiezan a expresar sus emociones y sus preferencias con palabras, pudiendo entender las sensaciones de Rapunzel al no entender lo que sucede a su alrededor. Por último, se sabe que a estas edades tienen una amplia curiosidad por todo aquello que sucede, preguntándose siempre los “por qué”; situación similar que vive Rapunzel, encerrada en su torre sin conocer el exterior, extrayándose cuando conoce al príncipe.

El argumento y la estructura del texto es adecuada para esta edad, teniendo una duración que permita a los niños/as mantener la atención sobre la historia. A su vez, el vocabulario que utilliza es sencillo, permitiéndo el entendimiento de cada frase o párrafo, así como el argumento general. Existen algunas palabras que se escapan de la comprensión de los niños, pero no impiden el entendimiento de la historia.

Lo único que modificaría de las palabras que componen este texto es el castellano antiguo presente en ciertos verbos (al igual que el texto analizado anteriormente), cambiando "presentóse" por "se presentó", entre otros.


Por otro lado, analizando el final del cuento, en el que la bruja lleva a Rapunzel a un desierto y termina castigando al príncipe dejándole ciego y vagando por el bosque, considero que es una realidad que no se debe ocultar a los niños, escuchando tanto momentos felices como tristes en la historia. Sin embargo, la razón por la que el príncipe se queda ciego (clavándose unas espinas en los ojos) la cambiaría por algo menos visual, como un hechizo de la bruja, arena, o un golpe con la caída.

Finalmente la historia tiene un desenlace feliz, lo cual da pie a diversas preguntas con las que los niños pueden reflexionar sobre las sensaciones que les ha provocado la historia.

Tras preguntarles su opinión y el por qué de esta, sobre el cuento, les plantearía preguntas como:
  • ¿Cuándo os apetece mucho algo, y no podéis conseguirlo, cómo reaccionáis?
  • ¿Alguna vez os ha pasado como a los padres de Verdezuela? (Recibiendo un castigo por desobedecer o hacer algo mal)
  • ¿Qúe pensáis sobre lo que hizo el padre de Verdezuela?
  • ¿Cómo estaríais vosotros si no pudieseis salir de casa como Verdezuela?
  • ¿Creéis que la bruja actúa bien?
  • ¿Hace bien el príncipe en subir a ver a la princesa?



Tras hacer estas preguntas y hablar con los niños/as contando cada uno/a de ellos sus experiencias personales, podemos dar por finalizado el momento del cuento, con el cual se han entretenido y han identificado sensaciones y experiencias que ellos mismos han experimentado en su vida.


EL ENANO SALTARÍN (RUMPELSTILTSKIN)

Recordando algunos textos folclóricos que hubiese escuchado en mi infancia, me vino a la mente el nombre de “Rumpelstiltskin” sin recordar muy bien en qué historia situarlo. Por ello, decidí analizar este texto, recordando su argumento y entendiéndolo mejor.

A continuación, dejo el enlace para poder leer tranquilamente el texto, entendiendo mejor el análisis.

http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/rumpelstilzchen

Contaría este cuento en el último ciclo de Educación Infantil, concretamente a niños/as de 5-6 años. Considero que esta edad es más adecuada para entender el argumento del texto y poder seguir su estructura sin perderse en la historia. A su vez, las acciones que representa y los valores y contravalores como las normas, el engaño, los tratos, el miedo, etc. son características propias de niños de estas edades.

Con 5-6 años los niños/as comienzan a ser autónomos afectivamente en la relación con sus padres, van construyendo su propia identidad, adquieren mayor capacidad para solucionar o afrontar los conflictos, controlando sus impulsos e interiorizando las normas (como las que puede haber en el trato con Rumpelstiltskin). Empiezan a saber expresar sus sentimientos y sensaciones con palabras, así como a preguntar e indagar constantemente sobre lo que les rodea.


Considero que el texto tiene una duración y un argumento adecuados para este rango de edad, permitiendo a los niños/as el no cansarse por su duración o temática, sino todo lo contrario, mantenerles entretenidos pendientes de qué pasará al final del cuento.

Respecto a su vocabulario, utilizan palabras y frases sencillas, permitiendo que todos/as vayan comprendiendo el texto, cada uno con su imaginación y reflexiones. Sin embargo, a la hora de contarlo con mis palabras, modificaría algunas expresiones como “estrafalario”, “refulgía”, “brizna” y “grotesco”, entre otras.

El argumento del cuento es adecuado para la edad, sin tener que ser alterado. Al ser contado siempre habrá variaciones, pertenecientes a cada persona que lo cuenta; pero el argumento general siempre será el mismo, siendo divertido y atractivo para los niños/as.

A su vez, la canción con la que se descubre el nombre del enano saltarín, puede animar el cuento, entreteniendo a los niños cantándola todos juntos.

Para finalizar el momento de cuento, realizaríamos una asamblea con los niños/as en la que tratar diferentes cuestiones sobre el cuento escuchado.

Inicialmente, como he explicado en los anteriores análisis, les preguntaría su opinión sobre la historia, y que explicasen qué les ha gustado y qué no. A continuación, podríamos hablar sobre las siguientes preguntas:
  • ¿Creéis que el enano actúa bien o mal? ¿Y la molinera?
  • ¿Qué os parece el trato que hacen la molinera y el enano?
  • ¿Qué pensáis de los intercambios que hacen ambos personajes?
  • ¿Qué opináis sobre la mentira? (Incitamos a los niños/as a que cuenten alguna experiencia en la que hayan mentido o hayan descubierto una mentira?
  • ¿Qué os parece el final de la historia? ¿Qué le pasa a Rumpelstiltskin?

 
Creo que es un texto con un trasfondo en el que destacan valores como la astucia y la ayuda; al igual que contravalores como la mentira, el engaño o la avaricia. Escuchándolo y hablando después sobre ello, cada niño/a puede hablar de sus experiencias o pensamientos relacionados con los temas que ellos hayan interpretado del cuento. De esta manera, les hacemos partícipes y mostramos que sus ideas y sus situaciones también son muy importantes.
                           


CONCLUSIÓN FINAL

Tras analizar los tres textos folclóricos he podido observar que cada uno tiene sus características, sus valores, argumentos y estructura; así como la manera de estudiarlos, contarlos y entenderlos.

Lo mismo sucede con los niños/as, dentro de su diversidad y sus características personales, cada uno tiene un mundo propio que entender y ayudar.

Cuando contamos un cuento a nuestros alumnos/as abrimos un amplio abanico de posibilidades, repleto de imaginación y experiencias que les acompañarán a lo largo de su desarrollo y su vida.

La función y obligación de los maestros/as es formarnos y analizar los textos de manera que les ofrezcamos un repertorio lleno de sensaciones y diferentes reflexiones. A su vez, tenemos que dejarles la libertad necesaria para que ellos puedan comprender y reflexionar partiendo de cada cuento escuchado.

Este momento en el que su maestro/a les cuenta un cuento, creando ese ambiente mágico, de tranquilidad y disfrute, se convierte en un momento con la que crecer como personas descubriendo lo bonito de cada experiencia.


BIBLIOGRAFÍA
  • http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_lobo_y_las_siete_cabritillas
  • http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/rumpelstilzchen
  • http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/verdezuela_rapunzel
  • Educación Infantil. (2017). Retrieved from http://www.mecd.gob.es/educacion-mecd/areas-educacion/estudiantes/educacion-infantil.html
  • Escudero, Á. (2012). Las etapas del desarrollo madurativo. Formación Activa En Pediatría de Atención Primaria, 2, 65–72. Retrieved from http://archivos.fapap.es/files/639-779-RUTA/02 FAPap_2_2012.pdf
  • Soledad Martín, M. (n.d.). Etapas del Desarrollo Infantil (0 a 5 años) para padres. Fundación Lactancia Y Maternidad. Retrieved from http://www.fundalam.org.ar/wp-content/uploads/2012/10/Etapas-del-Desarrollo-Infantil.pdf